domingo, 31 de enero de 2010

"Ponte un hilo dental"

"Ponte un hilo dental"
Hace varios años estaba sentado en unas escaleras de la Universidad Central pensando en porque tantas cosas andaban mal. Un problema era mi noviazgo con conflictos agotadores. Mi trabajo no andaba muy bien. Además estaba tratando de salir a flote en un pregrado de administración y en un postgrado en el Seminario Bautista que requería de mi más ingles del que yo podía dar. Me sentía cansado y frustrado por no poder darle orden a todo.
Un amigo se me acercó y después de escucharme un rato me dijo con bastante convicción: “lee el Salmo uno”. Yo me ofendí, después de todo, ¿quién era él para decirle a un egresado de un seminario que leyera el Salmo uno? La humildad nunca ha sido mi fuerte, y podía decir el Salmo casi de memoria. Pero luego de ese día, el bendito Salmo uno se atravesó en mi camino una y otra vez de diferentes maneras.
En esos días viajé a Tijuana, México, buscando curarme del cáncer. El hospital “Oasis de Esperanza” estaba a unas 5 cuadras del mar pacifico, por lo que me fui hasta la playa a orar. En un momento llegaron como veinte muchachos y muchachas cerquita de donde yo estaba. Se sentaron, uno se quedó parado y dijo: “hoy vamos a estudiar el Salmo 1.” En ese momento me dio un susto y decidí prestarle toda mi atención a aquella charla.
De regreso al hospital leí el salmo una y otra vez como buscando un secreto. No es un secreto, pero lo que dice es clave para una vida feliz. Aun estoy aprendiendo del salmo, pero lo que obtuve hace 8 años es una convicción profunda de que la palabra de Dios es vital para una vida triunfante. Puede ser que no compartes mi convicción, pero aun así te invito a leer este bonito salmo:

1 Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores
ni cultiva la amistad de los blasfemos,
2 sino que en la ley del SEÑOR se deleita,
y día y noche medita en ella.
3 Es como el árbol
plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
¡Todo cuanto hace prospera!
4 En cambio, los malvados
son como paja arrastrada por el viento.
5 Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio,
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
6 Porque el SEÑOR cuida el camino de los justos,
mas la senda de los malos lleva a la perdición.

Las primeras líneas del salmo dan la impresión de que dichoso es aquel que no se la pasa en bares, centros nocturnos con un poco de criminales escuchando sus consejos. Pero la verdad es que Jesús dijo: “ustedes siendo malos” refiriéndose a ti y a mí. San Pablo escribió: “No hay ni uno bueno” y Juan escribió: “el que se cree libre de pecado se engaña a sí mismo.” Sea la madre Teresa de Calcuta o Billy Graham, todos podemos dar un mal consejo. La gente por lo general se considera pecadora pero no mala, aunque ambos términos son sinónimos. Cómo nos cuesta decirnos la verdad. Pero dicho en las recientes palabras del papa Benedicto XVI “El origen del mal está en el hombre mismo.”
La corriente general del pensamiento humano muchas veces no nos conviene para ser felices. Mi tía Nohemí en una oportunidad vino a Caracas para visitar y comprar algunas cosas. Ella cuenta que arribó a la estación “Silencio” del metro o subterráneo y se dispuso a abordar el tren que estaba en la estación “Capitolio”. Entre estas estaciones hay un pasillo túnel ancho y largo por donde transitan miles de personas a diario. Suelen ir a una velocidad increíble, es como que a cientos de personas les urge ir al baño simultáneamente. Mi tía que iba de paseo comenzó a caminar más y más rápido bajo la presión que sentía de la gente en su espalda. Cuando su condición física comenzó a hacerse sentir, ella reflexionó: -Pero bueno, si yo lo que vine fue a pasear, para donde voy tan apurada con estas carreras. Como mi tía, y con la ayuda de las películas, la tv, el internet, los comerciales y la moda vamos juntos bajo una manera de vivir. Aun así, San Pablo dijo a los romanos: “Cambien su manera de pensar para que cambie su manera de vivir…”. El Nuevo Testamento nos desafía con consejos rarísimos que en la vida práctica funcionan.
“Que el más importante es el que sirve” - ¿qué es eso? Si todos saben que el más importante es servido por los demás. Pocos creerían hoy día que la palabra “ministro” significa servidor. Pero a la hora de la chiquita, los más importantes son los que pueden curar una enfermedad o reparar algo roto o enseñar algo necesario. Los cargos o la fama no hacen a alguien automáticamente importante.
Los consejos que nos dan con buenas intenciones pueden llevarnos a equivocaciones con consecuencias para toda la vida. Mitos, leyendas urbanas, cuentos de brujos, los mensajitos de texto, la revista, el internet, el horóscopo, etc. son algunas de las fuentes que terminan determinado el curso de nuestra vida. Mi esposa lamenta el hecho de que aunque tuvo varias oportunidades escolares nunca estudió música. Hoy le parece increíble que una compañera de clases definió quien seria o no, cuando le dijo: los músicos son nerds.
La imagen o como la llaman muchos el “testimonio” es uno de los criterios más populares en la toma de decisiones hoy día. Recordemos que mientras la imagen es como la gente nos ve, el carácter es quienes somos. Pero como dijo Punky Brewster “Quienes somos, es quien mejor podemos ser.” Jesucristo fue crucificado con la peor de las imágenes, algunos meneaban la cabeza al verlo. Es triste vivir en función de lo que otros piensan en detrimento de la verdad. Lucas nos escribe: “Que bendiciones les espera cuando la gente los odie y los excluya, se burlen de ustedes y los maldigan… …porque siguen al hijo del hombre”.
Hoy día es importante proyectar una imagen sexy. No tiene nada de malo verse bien, pero muchos y muchas sexys me dan una tristeza: son el bello estuche de un anillo, sin anillo adentro. Cuando estaba en peligro de divorciarse, una gran amiga recibió un consejo interesante de otra: “ponte un hilo dental en la cama.” Para mi tristeza se divorció a los meses. Los consejos humanos son muchas veces una perspectiva miope de los problemas que afrontamos y nos llevan a ser paja llevada por el viento.
Mi mama nos compró a mi hermano y a mí unas bragas de pana que me parecían bellísimas. En esos días fuimos a Margarita y en el ferri, en medio de la oscuridad de segunda clase, mi mama nos dijo contundentemente: “no se ensucien porque llegaremos al amanecer y no buscaremos hotel sino hasta la noche”. Mi braga era color crema, y mi hermano y yo decidimos correr y brincar en aquel emocionante “barco”. Al caerme simplemente sacudía un poco mi braga y se veía como nueva. El ferri anunció su arribo a la isla y todos bajamos por unas estrechas y empinadas escaleras a la sección de los carros. Debíamos salir caminando por lo que nos paramos delante de los carros ante la gigante boca del ferri que se abrió dejando entrar una intensa luz caribeña. Luego de algunos pasos, note como mi braga estaba llena de sucio por todos lados y me puse a llorar.
La palabra de Dios es luz en un mundo oscuro, donde caminamos desorientados hacia donde sentimos es mejor. Pero sentir no es saber. Cómo ser un buen esposo, esposa, hijo, hija, madre, padre o ciudadano. Al pensar sobre sexo, economía, amor, éxito, trabajo, diversión, carrera, viajes, salud, relaciones, conflicto o crisis, tengo la convicción de que la Biblia siempre tiene algo trascendente que decir. Aunque no he tenido los mejores consejos ni los mejores ejemplos en mi vida, cuanta paz siento al tomar decisiones desde un sistema de valores construido con la Biblia. Por ejemplo, ante la riqueza o la pobreza soy un todoterreno, al saber que: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Te animo a leer la Biblia, tal vez comenzar con el Nuevo Testamento. El que medita en los dichos de Jesús es parecido a alguien sentado junto al mejor de los consejeros en una conversación cordial e interesantísima. Te recomiendo una página en la red donde podrás leer toda la biblia gratis: www.biblegateway.com