sábado, 4 de septiembre de 2010

¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?


¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? Es la pregunta que les hizo un ángel a las mujeres cuando se disponían a perfumar el “cadáver” de Jesús, aunque él les había dicho, suficientes veces, que resucitaría. Un importante líder religioso hispano afirmo en estos días: “…les recuerdo humildemente que la iglesia de Cristo ha prevalecido dos mil y pico de años, no porque se haya sostenido con ejércitos o sobornos, sino por la sensatez y sagacidad de su jerarquía.” Me parecen bonitas sus palabras, pero como me hubiese gustado escuchar: La iglesia de Jesucristo ha prevalecido porque Él, es su cabeza y por esa razón las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella. Para muchos “cristianos” Jesucristo no es lo importante.
De la misma manera en que un grupo de mujeres fue a servirle a un Cristo muerto, hoy estamos viviendo en tiempos de un cristianismo sin Cristo. Para muchos, incluso “cristianos,” Jesús es solo un recuerdo lejano. Muchas iglesias son como una estación de servicio a donde va uno a poner combustible al carro y aprovechar para comprar chocolates, una Coca-Cola, unos suvenir, y al querer cargar el tanque, no encontrar gasolina. No está lo esencial.
¡Pero Jesús está vivo!
Lucas 24:1 dice:
“1 El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado.”

Aunque las mujeres habían escuchado a Jesús decir varias veces que resucitaría, no fueron a su tumba para verlo resucitado, fueron a perfumar un cadáver. Era tan sabido lo de la resurrección, que algunos líderes religiosos opuestos a Jesús, fueron hasta Pilatos, para pedirle que asegurara con soldados la tumba. Mateo 27:62-63 dice:

62 Al día siguiente, después del día de la preparación, los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron ante Pilato.63 —Señor —le dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: "A los tres días resucitaré."

Saber lo que Jesús dijo y creer lo que Jesús dijo son dos cosas diferentísimas. Saber es algo más cerebral pero creer en Jesús involucra al cerebro, a la fe y al Espíritu Santo. El Señor lo había anunciado varias veces, por ejemplo Lucas 18:31 al 34 nos dice:

31 Entonces Jesús tomó aparte a los doce y les dijo: «Ahora vamos rumbo a Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que escribieron los profetas acerca del Hijo del hombre.32 En efecto, será entregado a los gentiles. Se burlarán de él, lo insultarán, le escupirán;33 y después de azotarlo, lo matarán. Pero al tercer día resucitará. 34 Los discípulos no entendieron nada de esto. Les era incomprensible, pues no captaban el sentido de lo que les hablaba.

Cualquiera con cuatro dedos de frente hubiese pensado: Bueno, Jesús dijo que irían a Jerusalén y a Jerusalén fueron, dijo que sería entregado a los gentiles y a Pilatos fue entregado, dijo que se burlarían de él y se burlaron, dijo que lo escupirían y lo escupieron, dijo que lo azotarían y lo azotaron, dijo que lo matarían y lo mataron, y dijo que al tercer día resucitaría… no sería mala idea ir al sepulcro el domingo en la mañana por si acaso. Pero no, porque otro factor se estaba interponiendo entre ellos y el Jesús vivo. El miedo, Pedro lo negó y el resto de los discípulos en el proceso de su muerte dice Lucas 23:49b:

49b. se quedaron mirando desde lejos.

Si ellos no hubiesen tenido miedo, tal vez, hubiesen actuado otorgando el beneficio de la duda a Jesús. Entonces estaríamos leyendo hoy algo como: El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro junto con muchos de sus discípulos, para ver si realmente Jesús resucitaría. Cuando ellos estaban allí, la piedra se movió con un temblor y todos estaban tan impactados al ver al Señor que hasta uno de los soldados creyó. Pero como eso no fue lo que paso, eso no está escrito. Lo que está escrito en Lucas 24:1-6a es:

1 El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado.2 Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro3 y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.4 Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes.5 Asustadas, se postraron sobre su rostro, pero ellos les dijeron: —¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive?6 No está aquí; ¡ha resucitado!
Las mujeres prepararon unos perfumes especiales, con mucho amor, con mucha dedicación, tempranito para no toparse con algún fariseo que las denunciara. Y esto para mí, es como la gente religiosa sin un Cristo vivo. Se esmeran, se esfuerzan, pero toda su religión termina en la tumba. Y como dijo San Pablo en su Carta a los Corintios en el capitulo 15:19:
19 Si solamente para esta vida esperamos en Cristo, somos los más dignos de lástima de todos los hombres.
¿Cómo es tu religión? ¿Vives acompañada, acompañado por un Jesucristo vivo? ¿Eres más que vencedor?