lunes, 3 de mayo de 2010

Por culpa de ustedes

¿De quién es la culpa? Después de haber comido el fruto prohibido Adam respondió a Dios que había sido por culpa de la mujer que Él le había dado, lo cual hace responsable ultimadamente a Dios. La mujer respondió que fue por culpa de la serpiente y la serpiente al parecer no encontró a nadie más. La culpa es una carga muy pesada que nos gusta poner en la espalda de otros. Moisés explica tres veces en Deuteronomio que por culpa del pueblo de Dios el no entró a la tierra prometida.
Deuteronomio 1:37 (versión DHH)
37“Y por culpa de ustedes, el Señor se enojó conmigo y me dijo: ‘Tampoco tú entrarás en esa tierra.’”
Moisés no fue perfecto, y eso es bueno pues nos ayuda a vernos en él. Hay amargura en sus palabras pero también hay una incapacidad de verse objetivamente. Vivir como victimas nos resta la posibilidad de mejorar. “Puesto que ustedes no confiaron en mí, ni me honraron delante de los israelitas no entrarán…” es lo dicho por Dios a Moisés en el libro de Números. En Números, como dice la canción, “culpable soy yo…” la responsabilidad recae sobre Moisés.
Números 20:2-13
2Como la gente no tenía agua, se reunieron todos para protestar contra Moisés y Aarón, 3y le dijeron a Moisés:
—¡Ojalá hubiéramos muerto junto con los otros israelitas que hizo morir el Señor! 4¿Para qué trajeron ustedes al pueblo del Señor a este desierto? ¿Acaso quieren que muramos nosotros y nuestro ganado? 5¿Para qué nos sacaron de Egipto y nos trajeron a este lugar tan horrible? Aquí no se puede sembrar nada; no hay higueras, ni viñedos, ni granados; ¡ni siquiera hay agua para beber!
6Moisés y Aarón se alejaron del pueblo y se fueron a la entrada de la tienda del encuentro, y allí se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente. Entonces la gloria del Señor se les apareció, 7y el Señor le dijo a Moisés:
8—Toma el bastón y, con la ayuda de tu hermano Aarón, reúne a la gente. Luego, delante de todos, ordénale a la roca que les dé agua, y verás que de la roca brotará agua para que beban ellos y el ganado.
9Moisés tomó el bastón que estaba delante del Señor, tal como él se lo ordenó; 10luego Moisés y Aarón reunieron a la gente delante de la roca, y Moisés les dijo:
—Escuchen, rebeldes: ¿acaso tendremos que sacar agua de esta roca para darles de beber?
11Y diciendo esto, Moisés levantó la mano y golpeó dos veces la roca con el bastón, y brotó mucha agua. Así la gente y el ganado se pusieron a beber. 12Pero el Señor dijo a Moisés y a Aarón:
—Puesto que ustedes no tuvieron confianza en mí ni me honraron delante de los israelitas, no entrarán con esta gente en el país que les he dado.
13Ese es el manantial de Meribá, donde los israelitas le hicieron reclamaciones al Señor y él les mostró su santidad.”
Detrás de cada pregunta hay una actitud, por ejemplo: “¿Para qué nos sacaron de Egipto y nos trajeron a este lugar tan horrible?” Es la pregunta que hace el pueblo de Israel a Moisés y a su hermano, echando a la basura la obra de Dios, pues no había sido Aarón o Moisés quienes los habían sacado de la esclavitud. “¿Acaso tendremos que sacar agua de esta roca para darles de beber?” Es la pregunta que hace Moisés al pueblo, dejándoles ver que: él y alguien más proveerían agua. Dios quería que todos supieran quien era el verdadero proveedor del agua y así mostrar su santidad. Pero Moisés con su pregunta y al sacar el agua con su fuerza, dejo una duda: ¿fue Dios, Moisés o ambos?
Un guía turístico de Israel cuenta que cuando la gente llega a la ciudad santa sufre una especie de mal y muchos se creen un profeta, un apóstol etc. Un día en medio de unas ruinas, un hombre comenzó a gritar: “yo soy Isaías, y Dios me dijo” y otro hombre lo interrumpió: “YO NO TE DIJE NADA.”
En la escena bíblica, Israel vio a su líder sacar agua de una roca mientras Dios no tuvo línea en el guion. La version de “Good News Translation” dice: “Because you did not have enough faith to acknowledge my holy power before the people of Israel…” que traducido es: “porque no tuviste suficiente fe para reconocer mi poder santo ante el pueblo de Israel…” Moisés no tuvo en ese momento la actitud de Juan el Bautista refiriéndose a Jesús: “es necesario que yo merme para que el crezca.”
Una vez invitaron a nuestra banda a tocar en un evento cristiano en el “Nuevo Circo de Caracas,” una famosa plaza de toros de la ciudad. Había mucha gente y muchos vestidos con ropa humilde. Antes de la presentación fui a los baños y me encontré con un gran desorden, empujones, gritos y malos olores. Pensé: esta gente, mal educada, desordenada… pero inmediatamente luego escuche una voz a mi conciencia diciéndome: “este es mi Pueblo.” Esas cuatro palabras me hicieron dar un giro de ciento ochenta grados en mi actitud hacia aquellas distinguidas personas. Ya no iría a tocar para que me escucharan, ni para darle proyección a la banda, sino a servir al precioso pueblo del Rey de reyes.
Ese día por problemas técnicos no pudieron instalar el teclado, ni la batería, ni el bajo, ni la percusión a tiempo. Era una buena oportunidad para quejarse de los organizadores. “Hay un micrófono y una línea adicional,” nos dijeron, y entonces recordé dos acordes preciosos que solía hacer nuestro guitarrista. Terminamos parados ante cientos de personas expectantes, con una guitarra dos acordes y una flauta. Diferente a otras ocasiones no estaba nervioso, más bien sereno, tenía algo que hacer. La guitarra comenzó y se escuchaba celestial y la flauta parecía tener un sistema de sonido perfecto. La gente gritaba “gloria a Dios” y yo sentía que no cabía dentro de mí toda la música que quería expresar en aquella tarde. Todo, por “culpa” de Dios.
Si hay personas mejores que Moisés, yo estoy lejos de ser uno, pero sé que cuando señalamos a otros por nuestros fracasos perdemos una oportunidad de crecer. Ese “no lo hago más” de cuando éramos niños viene antecedido por un “fui yo.” Asumir nuestra culpa y vivir como inocentes es una cosa costosísima, que en estos días es gratis, echando toda nuestra carga en la cruz de Jesús. Como dice el antiguo himno: “Hay una fuente sin igual de sangre de Emanuel. En donde lava cada cual las manchas que hay en él.”