miércoles, 22 de diciembre de 2010

El juego de los semáforos


Me gusta jugar el juego de los semáforos. El juego consiste en tratar de pescar el mayor número de luces verdes sin exceder el límite de velocidad. Un día pasé unos 7 semáforos en verde cuando me dirigía a una iglesia y no pude evitar pensar: “Dios está conmigo”. Suelo pensar que cuando todo sale bien, Dios está conmigo, y cuando las cosas no salen como yo quiero, me está castigando. Pero el pasaje de la natividad en Mateo guarda un conjunto de sinsabores y tragedia que me obliga a pensar de otra manera.
Pongámonos en las sandalias de María por un momento. “Estoy embarazada pero no he estado nunca con un hombre, aun no me he unido a mi esposo por lo que seguramente me apedrearan cuando me denuncie a las autoridades.” Y José no se queda atrás, preguntándose, “¿Porqué esta mujer que yo consideraba pura ahora me sale con esto?” ¿Pueden imaginarse todo ese estrés para esta pareja que apenas estaba comenzando su matrimonio? Ahora bien, el Reinaldo que le gusta jugar con los semáforos se pregunta: Si Dios tuvo siglos para planificar la llegada del Mesías y es todo poderoso, ¿por qué no hizo algo con menos inconvenientes?
Herodes termina matando a todos los niñitos de dos anos para abajo en Belén y sus alrededores. José huyendo a Egipto, con María y un bebecito muy pequeño. Raquel llorando con mucho dolor. Aun cuando todo esto estaba escrito siglos antes, no se evitó. Dios mostrando su poder, los Herodes haciendo desastres, con nuestras vidas y nuestras familias llenas de estrés por situaciones que no buscaron, estos eventos no parecen pegar.
La cosa es que, el Reinaldo que le gusta jugar con los semáforos, cree que cuando Dios obra, todo debe ser como un sueño perfecto sin inconvenientes. Muchos estudiantes ateos de la UCV suelen tener un argumento similar: “Si hay un Dios todopoderoso, porque tanta injusticia y guerras”. Pero es interesante que la Biblia nunca presenta un lecho de rosas cuando Dios está obrando. Por el contrario, cada vez que Dios trabaja, pareciera que todo se estremece. Leamos la Natividad según Mateo en el capítulo 1:
Nacimiento de Jesucristo
18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando comprometida María, su madre, con José, antes que vivieran juntos se halló que había concebido del Espíritu Santo.
19 José, su marido, como era justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
20 Pensando él en esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
22 Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta:
23 «Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Emanuel» (que significa: «Dios con nosotros»).
24 Cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer.
25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito, y le puso por nombre Jesús.
Mateo 2
La visita de los sabios de Oriente
1 Cuando Jesús nació, en Belén de Judea, en días del rey Herodes, llegaron del oriente a Jerusalén unos sabios,
2 preguntando:
--¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?, pues su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarlo.
3 Al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
4 Y, habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
5 Ellos le respondieron:
--En Belén de Judea, porque así fue escrito por el profeta:
6 »"Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel".
7 Entonces Herodes llamó en secreto a los sabios y se cercioró del tiempo exacto en que había aparecido la estrella.
8 Y enviándolos a Belén, dijo:
--Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño y, cuando lo halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya a adorarlo.
9 Ellos, habiendo oído al rey, se fueron. Y la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que, llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
11 Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Luego, abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
12 Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
La huida a Egipto
13 Después que partieron ellos, un ángel del Señor apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Permanece allá hasta que yo te diga, porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo».
14 Entonces él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
15 Estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: «De Egipto llamé a mi Hijo».
Matanza de los niños
16 Herodes entonces, cuando se vio burlado por los sabios, se enojó mucho y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo indicado por los sabios.
17 Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo:
18 «Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos y no quiso ser consolada, porque perecieron».
Dicen que es imposible vencer la influencia que los medios ejercen sobre nuestras mentes. Lo digo por la navidad que ellos nos venden y nosotros compramos y a la cual llamare: “navidad humanista”. La “navidad humanista” está centrada en el hombre, sus deseos y confort. Como la navidad humanista es materialista suele cantar: “hay quien tiene todo, todo lo que quiere y sus navidades siempre son alegres”… Herodes es un magnifico exponente de la “navidad humanista”, porque él dice que quiere adorar al nuevo Rey, a Jesús, pero realmente lo quiere matar para mantenerse como el centro y señor de todo su mundo ególatra lleno de castillos y fortalezas.
Pero, por otro lado, tenemos a los sabios del oriente, quienes son descritos como: llenos de felicidad, en contraposición al enojo de Herodes. ¿Cómo invirtieron estos, sabios, sus fuerzas, conocimiento, dinero y tiempo durante la primera navidad? ¡Adoraron a Jesús! De eso se trata y eso por cierto es gratis. Cientos de personas alrededor del mundo se deprimen en navidad porque no logran correr suficientemente rápido la carrera que les impone la TV. Pero la navidad se trata de estar en cualquier sitio simple, con nuestra ropa de todos los días, adorando en espíritu y en verdad a Jesús. Con sinsabores, tragedias, carencias, enfermedades o grandes desafíos te invito a ser, un sabio feliz y adorar a Jesús a darle gracias por todo y todos.
Este jueves 13 de Enero de 2011 tendremos en nuestra casa, un tiempo para leer este pasaje y reflexionar en el. La cita es en la Quinta Mi Alegría, Av. La Minerva, Las Acacias, en toda la redoma de entrada de la UCV. La redoma de entrada del edificio de trasbordo, donde funcionan las escuelas de Educación, Idiomas Modernos y Administración-Contaduría. La hora, de 7:15 a 8:00 de la noche y la cena estará incluida. Danielle y yo estaremos vía Skype, y Marco e Irenecarolina serán nuestros anfitriones. Vente.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Esfuérzate y se valiente

Solía visitar a los feligreses de mi iglesia durante la semana para llevarles algo. Uno de esos días, cuando iba a entrar en los callejones de “Cotiza” para ir a la casa de la familia Veli,z me encontré con que al final de la calle estaban unos 5 tipos en actitud sospechosa. Entonces me dije: -Me van a robar- porque me tenían la vista puesta. Luego de unos 3 pasos, comenzaron a moverse de forma extraña, como en cámara lenta. Parecía un episodio real de “Matrix”. Al principio pensé que estaban por sacar sus pistolas, pero luego me desconcertaron.
Comenzaron a poner sus manos hacia arriba como si yo los estuviera apuntando con un arma. Luego se colocaron contra los carros con sus manos en la nuca. Fue en ese momento cuando logré escuchar a unas personas a mis espaldas dando instrucciones a todos. Era una pick-up llena de oficiales de policía que habían entrado en el barrio muy calladamente, tan calladamente que aunque los tuve detrás de mí, nunca me percaté de su presencia.
Solía visitar a mi gente, en Plan de Manzano, Blandin, Ojo de agua, Cotiza, el 23 de Enero, Los frailes de Catia, Manicomio, y otras áreas de la Caracas famosas por su peligrosidad. No fueron pocas las ocasiones cuando regresaba a mi casa a las 12:00 de la noche, pero mientras a muchos de mi iglesia los robaban una o dos veces al mes, durante casi cuatro años nunca me robaron. ¿Por qué? No lo sé, yo no soy mejor que nadie. Aunque siempre mientras iba a cumplir con mi trabajo me armaba con un pensamiento: -Dios yo estoy haciendo lo que hago, no porque lo deseo, sino porque tú me has llamado a hacerlo y espero tu respaldo- Esto no garantiza que a uno no lo maten cumpliendo con su deber, pero si garantiza un entendimiento de porque uno hace lo que hace.
Yo no soy un hombre valiente y esforzado por naturaleza; por el contrario, soy flojo y cobarde. Pero hay un poder impresionante cuando Dios te dice: “Yo estaré contigo”, y tú lo crees. Ya no es uno, es Él. Dios muchas veces toma lo débil y despreciado por la gente para hacer cosas impresionantes. Josué no fue diferente, Dios le dio una orden: esfuérzate y se valiente dirigiendo a mi pueblo a conquistar lo que ya yo les he dado. Les invito a apreciar el poder en este pasaje que abre el comienzo de un Israel glorioso bajo el liderazgo de un joven para el cual casi todo en el camino seria nuevo.


Josué 1
1Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, que el SEÑOR habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, diciendo:
2Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
3Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés.
4Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande que está hacia la puesta del sol, será vuestro territorio.
5Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.
6Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.
7Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.
8Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.
9¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
10Entonces Josué dio órdenes a los oficiales del pueblo, diciendo:
11Pasad por medio del campamento y ordenad al pueblo, diciendo: "Preparad provisiones para vosotros, porque dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da en posesión."

Cuando recuerdo como me esforcé y fui valiente en mi juventud, gracias al poder que Dios me dio, me da mucho gozo. Esforzarse y ser valiente es una de las cosas buenas y sabrosas que tiene la vida. El maestro José Antonio Abreu, padre del “Sistema de orquestas juveniles de Venezuela” decía que: “la abundancia puede llegar a ser tan trágica como la pobreza extrema”. Jóvenes que teniéndolo “todo” son tan desdichados por no tener un deseo por nada. Otros suelen decir que uno se esfuerza y es valiente para obtener cosas, yo estoy en desacuerdo, porque he visto a muchos luchar duro toda su vida y no haber obtenido nada, mientras otros nacen con todo lo que desean sin haber movido un dedo. Pero esforzarse y ser valiente es en sí mismo una recompensa, una bendición, es una capacidad que Dios da. Desde luego, la gente que se esfuerza y es valiente, suele lograr sus objetivos en la vida y esos objetivos pasan. Pero el carácter esforzado y valiente queda eterno como un tesoro.
Hoy está de moda todo lo contrario: a la gente le encanta el “cristianismo mágico”. El “cristianismo mágico” es esperar que Dios me de las cosas sin esfuerzo alguno y escondido debajo de una piedra. Dios es el mismo ayer, hoy y siempre y hace milagros. Pero por ejemplo, Marcos Witt cuenta que un joven se le acerco pidiéndole que orara para que todo, todito, su talento se le transfiriera a él en ese momento. Marcos decía: -Este muchacho no tiene idea de todo el esfuerzo que durante muchos años yo tuve que invertir para llegar a ser el músico que soy- Sin embargo, no son pocos los estudiantes cristianos que le piden a Dios que les pase un examen sin haber estudiado. Qué vergüenza. A Josué y a su pueblo, Dios ya le había dado la tierra prometida, pero ellos tenían que ir a conquistarla.
La clave de todo está en contar con la presencia del todopoderoso a nuestro lado, pues si El está con nosotros, quien podrá hacernos frente. Para ello, Dios le dio un ejercicio bien práctico a Josué, le dijo que su palabra no debía apartarse de su boca. La palabra de Dios abunda en la boca de alguien cuando éste medita en ella de día y de noche. Se acuesta pensando en ella, y se levanta temprano para reflexionar ella, porque es dulce como la miel. Cuando dicha persona le toca tomar decisiones, tiene al mejor consejero del universo metido en su mente y corazón. Es entonces cuando se cumple a cabalidad la promesa: “Estaré con vosotros”.
Tomamos docenas de decisiones diariamente, ¿le doy paso o no le doy paso? ¿Espero que se sirva primero o me sirvo yo primero? ¿Le oculto la verdad o soy sincero? ¿Compro un nuevo par de zapatos o le doy ese dinero a alguien que lo necesita? Si sumamos las millones de decisiones a través de los años, tendremos como total una vida vivida. Mi sugerencia es que no tomes tus decisiones basadas en el temor o en la flojera. Intenta en cada decisión, que la vida tenga sentido y valor. Solo esfuérzate y se valiente.

domingo, 31 de octubre de 2010

Honor y vergüenza

Una vez tuve el placer de escuchar a Simón Díaz, el compositor venezolano famoso en el mundo por su “Caballo viejo”. El estaba contando una de sus anécdotas con ese ritmo cadencioso y llanero de abuelo sabio que lo caracteriza. Simón creció entre vacas y caballos, pero un buen día, le dijo a su papá que quería ir a la capital a buscar progreso. Su Padre le dijo: “todo lo que te pongan a hacer, di que sí.” Bien, comenzó a trabajar en el Banco Unión y su jefe le pregunto: ¿Sabes hacer las cobranzas? a lo que respondió, ¡sí! Le entregaron unos “Pagares” (documento financiero que te da el derecho de cobrarle a alguien, con un monto, nombre y dirección especifica) y como pudo, encontró las direcciones dejando los pagares en manos de cada deudor. Regreso temprano, y su jefe le pregunto ¿Cómo te fue? a lo que respondió, con el mentón en alto y una sonrisa: “hice todo lo que usted me mando”. El jefe se puso a su lado y en voz alta dijo a todos en la oficina: “Vean el ejemplo de Díaz, hoy es su primer día y le cobro a todos los clientes que le toco”, luego dirigiéndose a Simón, dijo: Pasa a la caja y entrega el dinero que cobraste… Simón cambio el gesto de su cara por uno de susto, diciendo: -Yo no tengo dinero, yo solo deje los “pagare” y me vine- Y bueno, se pueden imaginar toda la reprimenda que recibió (seguramente en privado). Pero lo más interesante vino después, porque cada uno de los deudores a los que Simón había dejado los “pagares” llamaron al banco diciendo cosas como: -Estamos muy honrados de la confianza que el “Banco Unión” ha depositado en nosotros al dejarnos “el pagare” sin cobrar el dinero, es un placer hacer negocios con ustedes, estaremos pagando con toda prontitud en sus oficinas.-
La confianza, el honor o “la palabra” eran las garantías de los grandes negocios de mediados del siglo XX. Pero en la antigüedad era mucho más importante. El honor lo era todo, porque no existían las tarjetas de crédito o las referencias bancarias. Si tenias un buen nombre entre la gente, podías hacer grandes negocios. No así, si estabas en condición de “vergüenza”. Alguien sin honor, es decir en vergüenza, no tenía derecho a nada en la sociedad, era mejor que se muriera. La palabra de Dios nos lo explica maravillosamente cuando dice en Proverbios: “Más vale el buen nombre que las muchas riquezas, y el favor que la plata y el oro…” Entender esto, es entender muchas de las enseñanzas de la Biblia y en particular la enigmática parábola de Jesús que seguidamente les dejo:
Lucas 16
1Decía también Jesús a los discípulos: Había cierto hombre rico que tenía un mayordomo; y éste fue acusado ante él de derrochar sus bienes.
2Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Rinde cuentas de tu administración, porque no puedes ser más mayordomo."
3Y el mayordomo se dijo a sí mismo: "¿Qué haré? Pues mi señor me quita la administración. No tengo fuerzas para cavar, y me da vergüenza mendigar.
4"Ya sé lo que haré, para que cuando se me destituya de la administración me reciban en sus casas."
5Y llamando a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: "¿Cuánto le debes a mi señor?"
6Y él dijo: "Cien barriles de aceite." Y le dijo: "Toma tu factura, siéntate pronto y escribe cincuenta."
7Después dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Y él respondió: "Cien medidas de trigo". Él le dijo: "Toma tu factura y escribe ochenta".
8El señor elogió al mayordomo injusto porque había procedido con sagacidad, pues los hijos de este siglo son más sagaces en las relaciones con sus semejantes que los hijos de luz.

El mayordomo buscaba la manera de no caer en la desgracia de la vergüenza ante la sociedad de su época. Después de reflexionar lo bajo que caería, al saberse de su derroche, decide ganar para sí un buen nombre y asegurar un futuro prospero. Pero lo gana con escapulario ajeno, es decir, apoyando a otros con lo que no era suyo. Lo que genera algo inusitado, porque al perdonar a los deudores, parte de sus deudas, no solo quedo bien parado ante la sociedad, sino que puso a su amo en un lugar de honor altísimo. Todos dirían en el futuro, prefiero hacer negocios con éste que perdona las deudas que con cualquier otro. Y que podía hacer el amo ante esta situación. Si echaba a su administrador después de esto, corría el riesgo de quedar en la más baja de las vergüenzas. Primero por ser un tonto, engañado por su siervo y segundo por ser un tacaño despreciable que no merecía el honor que le concedieron.
Recuerdan esa ocasión cuando Jesús dijo: ¿Quién de ustedes si su hijo le pide pescado, le dará una serpiente? y luego explico: “Si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas, ¿Cuanto más el Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que le pidan?” Bueno, como los conceptos del cielo son tan duros de entender para nosotros, Jesús suele ensenar lo espiritual con cosas humanas, familiares, cotidianas. Un principio bien conocido de la educación es: “Enseñar a partir de lo que el estudiante ya sabe.” Pues, hay una poderosa enseñanza detrás de esta historia.
Jesús explica el significado de su historia diciendo: “Haceos amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando falten, os reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho. Por tanto, si no habéis sido fieles en el uso de las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas?” Dios es el dueño del universo, pasando por los seres humanos hasta los pingüinos y el Himalaya, todo es de él, nada es de nosotros. No somos dueños sino administradores, administradores de cosas perecederas y de poco valor en comparación a las eternas. Y tenemos solo dos opciones de administrar lo que somos y tenemos.
Podemos administrar sin pensar en el futuro, egoístas y ganando enemigos y mal nombre para nosotros y aun mas importante, para nuestro jefe y dueño del “negocio”. O podemos pensar a largo plazo, siendo generosos y ganando amigos y honor para nosotros y para el dueño. Ser justos es pensar: he recibido por gracia, debo dar así a los demás. ¿Por qué no honrar a Dios con lo que somos y tenemos?
Simón Díaz fue ascendiendo rápidamente en el “Banco Unión” y hoy es un hombre muy rico, pero más relevante, es uno de los hombres más respetados de América. Esto por el principio con que toda empresa exitosa en el mundo promociona a sus empleados: “El que es fiel en lo poco será fiel en un cargo mejor.”

viernes, 8 de octubre de 2010

Que tontos son ustedes


No es la gente enferma, o sin agua para beber, o sin ropa con que vestirse, los que viven la vida más triste. Los más tristes son los que no tienen esperanza - aquellos que no pueden levantar sus cabezas en medio del dolor y presagiar un futuro mejor. Y de eso se trata el cristianismo de una esperanza. Por eso somos tan felices los pobres en espíritu.

Hace unos días mi doctora me dijo que probablemente yo estaba sufriendo un rechazo al trasplante que me hicieron en 2009 para atacar el cáncer que por 18 anos me ha acompañado. Eso me lo dijo con un gesto de “sorry,” lo siento mucho. Yo le pregunté por mi creatinina y ella me dijo que esta en 2,7. Como el valor normal es por debajo de 2 y con 3,5 me tienen que dializar, esto representa otro importante reto para mí. Quieren que les diga algo bien sincero: estoy en el mejor momento de mi vida, sin ánimos de exagerar. Puedo entender perfectamente cuando el apóstol Pablo escribió a la gente de Filipo mientras estaba enfermo, preso, viejo, y defraudado: “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!”

Cuando no prestamos atención a la palabra de Dios caemos con más facilidad en estados de depresión. Con la muerte de Jesús los discípulos se encontraban tristes, frustrados y deprimidos. Ellos esperaban que Jesús fuera el político que los “sacaría de abajo”. Con esta sección del evangelio según San Lucas capitulo 24 nos daremos cuenta de que los discípulos mostraron sorpresa porque alguien (Jesús) estaba “desinformado” sobre los últimos acontecimientos acaecidos en Jerusalén, pero ellos mismos estaban desinformadísimos sobre la ley, los profetas y las palabras de Jesús. Eso era lo que realmente los estaba agobiando con depresión.

¡Quédate con nosotros!
13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban a Emaús, un pueblo a once kilómetros de Jerusalén.
14 Mientras conversaban de todo lo que había pasado, 15 Jesús se les acercó y empezó a caminar con ellos, 16 pero ellos no lo reconocieron.17 Jesús les preguntó:
--¿De qué están hablando por el camino?
Los dos hombres se detuvieron; sus caras se veían tristes, 18 y uno de ellos, llamado Cleofás, le dijo a Jesús:
--¿Eres tú el único en Jerusalén que no se ha dado cuenta de lo que ha pasado en estos días?
19 Jesús preguntó:
--¿Qué ha pasado?
Ellos le respondieron:
--¡Lo que le han hecho a Jesús, el profeta de Nazaret! Para Dios y para la gente, Jesús hablaba y actuaba con mucho poder.20 Pero los sacerdotes principales y nuestros líderes lograron que los romanos lo mataran clavándolo en una cruz.21 Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Pero ya hace tres días que murió.
22 "Esta mañana, algunas de las mujeres de nuestro grupo nos dieron un gran susto. Ellas fueron muy temprano a la tumba23 y nos dijeron que no encontraron el cuerpo de Jesús. También nos contaron que unos ángeles se les aparecieron y les dijeron que Jesús está vivo.24 Algunos hombres del grupo fueron a la tumba y encontraron todo tal como las mujeres habían dicho. Pero ellos tampoco vieron a Jesús.
25 Jesús les dijo:
--¿Tan tontos son ustedes que no pueden entender? ¿Por qué son tan lentos para creer todo lo que enseñaron los profetas?26 ¿No sabían ustedes que el Mesías tenía que sufrir antes de subir al cielo para reinar?
27 Luego Jesús les explicó todo lo que la Biblia decía acerca de él. Empezó con los libros de la ley de Moisés y siguió con los libros de los profetas.
El Dr. Luis Palau decía en una reciente conferencia que la gente de ahora es experta tomando pastillas para la depresión, o la tristeza o el stress pero no hay nada mejor que leer un Salmo. Yo agregaría leerlo despacito masticándolo bien, guardándolo para los días malos. El cantante Juan Luis Guerra usaba pastillas para dormir porque sus presentaciones y el stress se lo estaban comiendo vivo. Después de permitirse descansar en la paz de Jesús, compuso una canción. Con esta canción gané la voz de mi escuela en la UCV sin ningún instrumento y es que la letra llega a la gente. “No necesito pastillas para dormir si estás conmigo, todos los sueños florecen cuando me hablas al oído…” dice un pedacito de la canción “Testimonio”. Por cierto, en una de sus exitosas presentaciones en Japón la prensa dejo ver que Juan Luis se había ido temprano a su hotel a descansar. Me imagino que necesitaba tiempo para estar a solas con Dios y darle gracias por su rotundo triunfo en un país tan avanzado como “lejano” del merengue, la guaracha y la salsa.

Jesús les dice “Tontos”, “insensatos”, “gafos”, “estúpidos” usted puede elegir el sinónimo que más le guste. Si la traducción del griego al español la hubiese hecho nuestro recordado Arturo Uslar Pietri segurito pone “pendejos”. Así describe Jesús a los tristes discípulos y su actitud de no prestar atención a la palabra de Dios. Solución para la tristeza tonta: “les explicó la Biblia”. Son muy pocos los cristianos que se dedican a estudiar la Biblia y a aplicarla según las encuestas que he tenido del Dr. Colson. Esto explica la tristeza espesa y honda en la que decidimos sumergirnos tontamente.
Si es enfermedad, “Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. Si es la pobreza o la riqueza, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Si es que me defraudan, “No hay ni uno bueno”. Si es que me rechazan, “lo vimos sin atractivo”. Si es que me maltratan, “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia”. Si es los que no tienen vivienda, “El Señor es mi pastor nada me falta”. Si es que este mundo es muy injusto, “El Señor viene pronto”. Si es que me siento como que no soy nadie en esta vida,“El más grande en el Reino de los cielos es el que sirve”. Si es que tengo enemigos, “ama a tus enemigos”. No hay forma de perder.

Necesitamos creer que Jesucristo resucitó para entendernos a nosotros mismos y al mundo que habitamos. Si no, somos unos tontos dignos de lástima. Pero como dijo San Pablo a los romanos “Cambia tu manera de pensar para que cambie tu manera de vivir”. He pasado muchas dificultades con mi salud y he experimentado muchas carencias, pero Jesucristo me ha permitido vivir una vida preciosa. Te lo recomiendo ampliamente.

sábado, 4 de septiembre de 2010

¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?


¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? Es la pregunta que les hizo un ángel a las mujeres cuando se disponían a perfumar el “cadáver” de Jesús, aunque él les había dicho, suficientes veces, que resucitaría. Un importante líder religioso hispano afirmo en estos días: “…les recuerdo humildemente que la iglesia de Cristo ha prevalecido dos mil y pico de años, no porque se haya sostenido con ejércitos o sobornos, sino por la sensatez y sagacidad de su jerarquía.” Me parecen bonitas sus palabras, pero como me hubiese gustado escuchar: La iglesia de Jesucristo ha prevalecido porque Él, es su cabeza y por esa razón las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella. Para muchos “cristianos” Jesucristo no es lo importante.
De la misma manera en que un grupo de mujeres fue a servirle a un Cristo muerto, hoy estamos viviendo en tiempos de un cristianismo sin Cristo. Para muchos, incluso “cristianos,” Jesús es solo un recuerdo lejano. Muchas iglesias son como una estación de servicio a donde va uno a poner combustible al carro y aprovechar para comprar chocolates, una Coca-Cola, unos suvenir, y al querer cargar el tanque, no encontrar gasolina. No está lo esencial.
¡Pero Jesús está vivo!
Lucas 24:1 dice:
“1 El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado.”

Aunque las mujeres habían escuchado a Jesús decir varias veces que resucitaría, no fueron a su tumba para verlo resucitado, fueron a perfumar un cadáver. Era tan sabido lo de la resurrección, que algunos líderes religiosos opuestos a Jesús, fueron hasta Pilatos, para pedirle que asegurara con soldados la tumba. Mateo 27:62-63 dice:

62 Al día siguiente, después del día de la preparación, los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron ante Pilato.63 —Señor —le dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: "A los tres días resucitaré."

Saber lo que Jesús dijo y creer lo que Jesús dijo son dos cosas diferentísimas. Saber es algo más cerebral pero creer en Jesús involucra al cerebro, a la fe y al Espíritu Santo. El Señor lo había anunciado varias veces, por ejemplo Lucas 18:31 al 34 nos dice:

31 Entonces Jesús tomó aparte a los doce y les dijo: «Ahora vamos rumbo a Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que escribieron los profetas acerca del Hijo del hombre.32 En efecto, será entregado a los gentiles. Se burlarán de él, lo insultarán, le escupirán;33 y después de azotarlo, lo matarán. Pero al tercer día resucitará. 34 Los discípulos no entendieron nada de esto. Les era incomprensible, pues no captaban el sentido de lo que les hablaba.

Cualquiera con cuatro dedos de frente hubiese pensado: Bueno, Jesús dijo que irían a Jerusalén y a Jerusalén fueron, dijo que sería entregado a los gentiles y a Pilatos fue entregado, dijo que se burlarían de él y se burlaron, dijo que lo escupirían y lo escupieron, dijo que lo azotarían y lo azotaron, dijo que lo matarían y lo mataron, y dijo que al tercer día resucitaría… no sería mala idea ir al sepulcro el domingo en la mañana por si acaso. Pero no, porque otro factor se estaba interponiendo entre ellos y el Jesús vivo. El miedo, Pedro lo negó y el resto de los discípulos en el proceso de su muerte dice Lucas 23:49b:

49b. se quedaron mirando desde lejos.

Si ellos no hubiesen tenido miedo, tal vez, hubiesen actuado otorgando el beneficio de la duda a Jesús. Entonces estaríamos leyendo hoy algo como: El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro junto con muchos de sus discípulos, para ver si realmente Jesús resucitaría. Cuando ellos estaban allí, la piedra se movió con un temblor y todos estaban tan impactados al ver al Señor que hasta uno de los soldados creyó. Pero como eso no fue lo que paso, eso no está escrito. Lo que está escrito en Lucas 24:1-6a es:

1 El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado.2 Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro3 y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.4 Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes.5 Asustadas, se postraron sobre su rostro, pero ellos les dijeron: —¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive?6 No está aquí; ¡ha resucitado!
Las mujeres prepararon unos perfumes especiales, con mucho amor, con mucha dedicación, tempranito para no toparse con algún fariseo que las denunciara. Y esto para mí, es como la gente religiosa sin un Cristo vivo. Se esmeran, se esfuerzan, pero toda su religión termina en la tumba. Y como dijo San Pablo en su Carta a los Corintios en el capitulo 15:19:
19 Si solamente para esta vida esperamos en Cristo, somos los más dignos de lástima de todos los hombres.
¿Cómo es tu religión? ¿Vives acompañada, acompañado por un Jesucristo vivo? ¿Eres más que vencedor?

martes, 27 de julio de 2010

¿Por qué estás tan enojado?


En mi adolescencia me entré y me entraron a golpes muchas veces. Recuerdo haber hundido mis pulgares en el cuello de un joven de solo 14 años. Tengo claro en mi memoria la edad, porque su papa vino esa noche con sus hijos, morochos, moreteados, a la puerta de nuestra casa para reclamar. Mamá me defendió esgrimiendo en base a las edades de cada uno. Yo solo tenía 12 años, más ellos eran dos. Puedo recordar, muy bien, cómo me dolía desde la frente hasta los dedos de los pies al intentar dormir, pero si me preguntan ¿Por qué fue la pelea? Ni idea.
Mi hermano Roy no pudo escapar de mi mal humor y soportó patadas, golpes y, peor aún, grandes desprecios. En la Biblia encontramos a Caín quien, después de matar a su hermano escucho a Dios preguntar: ¿Dónde está tu hermano Abel? Su respuesta es una frase con la cual me identifiqué por muchos años: “No lo sé, ¿Acaso yo soy guarda de mi hermano?” Caín estaba Molesto y cabizbajo como lo estuve yo por demasiados años. Leamos algo de su vida en Génesis capitulo 4.

“El hombre se unió a su mujer Eva, y ella concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: «¡Con la ayuda del Señor, he tenido un hijo varón!»2 Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a pastorear ovejas, mientras que Caín se dedicó a trabajar la tierra.3 Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra.4 Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, 5 pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo. 6 Entonces el Señor le dijo: « ¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo?7 Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.» 8 Caín habló con su hermano Abel. Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató. 9 El Señor le preguntó a Caín:
—¿Dónde está tu hermano Abel?
—No lo sé —respondió—. ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano? 10 —¡Qué has hecho! —exclamó el Señor—. Desde la tierra, la sangre de tu hermano reclama justicia.11 Por eso, ahora quedarás bajo la maldición de la tierra, la cual ha abierto sus fauces para recibir la sangre de tu hermano, que tú has derramado.12 Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos, y en el mundo serás un fugitivo errante. 13 —Este castigo es más de lo que puedo soportar —le dijo Caín al Señor—.14 Hoy me condenas al destierro, y nunca más podré estar en tu presencia. Andaré por el mundo errante como un fugitivo, y cualquiera que me encuentre me matará. 15 —No será así —replicó el Señor—. El que mate a Caín, será castigado siete veces.
Entonces el Señor le puso una marca a Caín, para que no fuera a matarlo quien lo hallara.16 Así Caín se alejó de la presencia del Señor y se fue a vivir a la región llamada Nod, al este del Edén.”
Lo último que se sabe de Caín fue que se casó, tuvo un hijo al que llamó Enoc, y así llamo también la ciudad que construyó. Caín estaba orgulloso de su hijo y llegó a ser un hombre emprendedor y trabajador. Logró comenzar de nuevo de la nada sin la bendición y presencia directa de Dios. ¿Qué lo impulsaba? Él mismo. Caín pudo estar fácilmente en la revista “Fortune” con un subtitulo diciendo: “Uno que se hizo a sí mismo.”
Pareciera que el castigo de Dios no le hizo tanto daño a Caín. Caín había negociado con Dios su condena argumentando sagazmente algunas razones por las que Dios debía disminuirla. El primer argumento fue, “este castigo es demasiado.” De lo cual podemos inferir que Caín no se encontraba en un estado de arrepentimiento por matar a su hermano. El era ese tipo de persona, segurísimo de sí mismo, que dice –yo no me arrepiento por nada ni por nadie- Lo otro que podemos deducir es que Caín trataba a Dios como a un tipo que se podía equivocar y del cual había que estar pendiente para corregirlo. “Mira, ¿no te parece que estás exagerando un poquito? Maté a una sola persona, no fue ‘EL Holocausto.’”
Luego Caín le dice a Dios: “Hoy me condenas al destierro, y nunca más podré estar en tu presencia.” Como si le importara mucho la presencia de Dios, Caín intenta manipularlo, dejando ver una vez más su bajo concepto de Aquel que todo lo sabe. Debemos recordar que ni Caín ni su ofrenda fueron gratos ante Dios. Mientras Abel había ofrendado lo mejor como un reconocimiento de la grandeza de Dios, Caín simplemente dio algo de su cosecha. Tal vez, a Caín le dolía perder buenas tierras, pero en cuanto a la presencia de Dios, el era como un trabajador corrupto a quien le quitan el supervisor. Caín sabía actuar diciendo lo que él estaba seguro que Dios quería oír.
Finalmente Caín llega a lo que realmente le interesa, que no lo vayan a matar. Quiere que Dios le de alguna garantía por su vida, porque él piensa que, cualquiera que lo encuentre lo matara. Esto porque, “el hombre malo huye sin que nadie lo persiga” y también porque era alguien despreciable. Caín terminó sintiéndose odiado por muchos, y si antes de matar a su hermano, estaba furioso y cabizbajo, no me lo puedo imaginar tratando de sembrar en una tierra árida y/o dura.
Pero Caín fue también un mentiroso temerario. Porque yo les digo algo, yo lamentablemente he mentido muchas veces, pero mentirle al Dios, que lo sabe todo y conoce nuestro corazón, es una gran estupidez. Cuando Dios le pregunta a Caín ¿Dónde está tu hermano? Él le responde: “no lo sé”. Pero a menos que haya dejado el cuerpo en un rio, él sabía muy bien en donde había dejado el de su hermano. Caín invitó a Abel a dar un paseo sin la menor de las ganas de pasear y menos aun, con su hermano. Pero eso sí, molestísimo. Me puedo imaginar a Abel diciendo mientras caminaban -que bonito es ese pájaro verdad- y a Caín respondiendo con una sonrisa hipócrita –mmmju lindo, lindo-
Al igual que Caín en mi juventud fui extremadamente egocéntrico, no había un lugar importante para Dios porque todo lo ocupaba yo. Quería sobre todo, ser popular o por lo menos aceptado. Pero en mi afán por lograr mis metas egoístas perdí la oportunidad de ser un buen hermano, de reírnos juntos en nuestra niñez y juventud.
¿Qué pasa cuando tú eres el dios del planeta “noexiste” pero vives en el planeta “Tierra?” Chocas continuamente con la realidad. Tristes y cabizbajos nos esforzamos por construir nuestra propia ciudad sin Dios y sin nuestro hermano. Luego de construirla nos sentamos y decimos “que bonita me quedo, soy un hombre capaz, miren lo que hice” y esa es toda nuestra triste recompensa.
Antes del asesinato Dios le dijo a Caín: “tu puedes dominar esa maldad que llevas por dentro.” ¡Podemos! Aunque mil batallas perdidas nos digan lo contrario, podemos dominar a la fiera. Podemos darle la espalda a esa esclavitud que nos hace ser menos de lo que Dios planeó para nosotros. Una forma es seleccionando de lo mejor que tengamos y ofrendarlo en secreto al Señor. Pero hay una diferencia abismal entre lo mejor y cualquier otra cosa.
Varios fuimos invitados para promocionar nuestro querido seminario en el estado Zulia, un estado petrolero con un clima caliente. Me asignaron para predicar en dos iglesias, una en Maracaibo y otra en Cabimas. La primera iglesia gozaba de un templo espectacular, muchos instrumentos musicales y el púlpito más grande que había visto. Luego de mi sermón y antes de trasladarme a la siguiente iglesia se me acercó un hombre con un sobre grande y nuevo. Yo disimuladamente vi a través del sobre y no lo podía creer, ¡un billete de 5.000!
Yo los había visto en foto y había conversado de lo mucho dinero que era en un solo billete, pero nunca había tenido uno en mis manos. De camino a la otra iglesia intenté concentrarme en lo que tenía que decir, pero mucha de mi atención estaba en torno al billete. Al llegar al templo me pude dar cuenta que allí la situación económica era diferente, no era un templo espectacular, ni había multitud de instrumentos, pero la gente estaba cantando alegremente al Señor. Entonces, parado a unos metros de la cesta donde la gente colocaba sus ofrendas, escuché una voz en mi conciencia: “Ofrenda el billete de 5.000.”
Comenzó entonces una lucha brava, porque yo ya tenía planes para mi billete. No eran malos planes, quería comprar regalos para mi familia y algunas cosas para mí. Por eso le planteé a Dios una salida al conflicto: “Te doy el 10% como símbolo de los 5.000.” Yo tenía un billete de 500 que era para sufragar cualquier gasto que se me presentara. Pero en algún momento en medio de aquella batalla recordé cuanto sufrimiento yo había padecido por desobedecer al Señor y cuanta dicha, alegría y paz sentía al serle fiel.En el momento de las ofrendas y antes de que se me cruzara otro pensamiento anti-ofrenda, caminé rapidito y puse los 5.000 en la cesta de las ofrendas. Me sentí gozoso y listo para predicar. Al finalizar se me acerco un hombre con un sobre arrugado y pequeño diciéndome: “hermano, es poco pero se lo damos con mucho amor.” Al otro día tuvimos tiempo libre para conocer la ciudad y hacer compras por lo que revise con cuánto dinero contaba. Fue una gran sorpresa y una gran lección cuando abrí aquel sobrecito arrugado y encontré el billete de 5.000.

miércoles, 9 de junio de 2010

Rompiendo el Alabastro

Desde muy niño, la muerte represento para mí un asunto trascendental. Un primo, tratando de explicarme lo que pasaba después de ésta, llegó a asustarme mucho con sus oscuras historias. La muerte es importante y todos tendremos un día una cita con ella. Mi amigo, Manuel Kim, me enseñó que son muchos los coreanos que han dejado el Budismo para abrazar al Cristianismo, pues contiene la única respuesta contundente a la muerte.
Yo había ido a la iglesia y escuchado sobre la resurrección, el cielo y la eternidad, pero, de alguna manera, eso no era algo real en mi vida. No fue hasta que un día mi amigo, Abraham González, se dio cuenta y me pregunto: ¿Tienes miedo a la muerte? Para luego decirme una frase sencilla y corta que iluminó mi vida: “Sabes, los cristianos no le tenemos miedo a la muerte.” Desde entonces he vivido una vida blindada, porque entendí que quien ha muerto no puede volver a morir.
Los seres humanos tenemos la capacidad de decir que creemos y al mismo tiempo actuar en completa incredulidad. En medio de una prolongada sequia la iglesia de un pueblo decidió reunirse para pedir lluvia a Dios. Comenzó a llover, y saliendo del templo tan solo un niñito había llevado su paraguas. La resurrección de Lázaro como la de Jesús son hechos históricos documentados por bastantes testigos que llegaron a dar sus vidas por lo que vieron. Solo debemos creer y actuar según lo que creemos.
Es bonito ver el proceso que Marta y María experimentaron. Si bien ellas habían escuchado las enseñanzas de Jesús sobre la resurrección, no habían palpado lo real que ésta era. Antes de la resurrección de su hermanito, veían a la muerte como los que no tienen esperanza. Aquí solo presentaré una parte, pero te invito a leer los capítulos 11 y 12 del evangelio según San Juan y meditar en cómo se desencadenó una de las más famosas expresiones de adoración.
Juan 12:1-3.
“1Entonces Jesús, seis días antes de la Pascua, vino a Betania donde estaba Lázaro, al que Jesús había resucitado de entre los muertos.
2Y le hicieron una cena allí, y Marta servía; pero Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con El.
3Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó con los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.”
María no secó los pies con su cabellera para aprovechar el residuo del perfume. Por el contrario, ella había adquirido un valor diferente. María había entendido que nada en este tiempo, incluyendo un costosísimo perfume, tenía más valor que lo que Jesús había comprobado ser: La resurrección y la vida. Jesús cambió la manera de pensar de esta mujer.
Las frases de moda: “si hubieses estado aquí, Lázaro no habría muerto.” O “no podía este… haberlo sanado.” Marta y María habían mandado a llamar a Jesús sabiendo que era un sanador poderoso. Cuatro días después de la muerte del enfermo, llegó Jesús. María no salió a recibirlo inmediatamente como solía hacerlo, más bien, “se quedó sentada en casa”. Tal vez, la frustración por la muerte de su hermano pesaba demasiado para caminar rápido a donde estaba el maestro. Ella seguramente pensaba, “ya no se podía hacer nada.”
Pero Jesús llegó “tarde” porque quería que, tanto ellos como nosotros, tuviéramos la oportunidad de saber la verdad. Lázaro necesitaba morir para que todos supiéramos que Jesús es mucho más que un sanador de enfermedades. Jesús es la vida.
Jesús le dijo a Marta: “¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?” Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que me rodea, para que crean que tú me has enviado. Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: ¡Lázaro, ven fuera!”
Lo que Jesús ordenó inmediatamente después de la resurrección me produce curiosidad: “Desatadlo y dejadlo ir.” Yo sinceramente esperaba leer que todos estaban abrazando y entrevistando a Lázaro. ¿Cómo es el más allá? ¿Cómo te sientes? ¿Te aprietan las vendas? Tal vez aun olía mal o necesitaba ir al baño, tal vez al quitarle las vendas se quedó con muy poca ropa. (Por cierto recuerdo que Patricia de Trotti me contó una vez: un predicador gritaba -¡Entonces Lázaro ANDUBIO!- Su esposa, que estaba cerca, le susurró: ¡ANDUVO, GAFO! por lo que, aquel hombre exclamo:!BUENO ANDUVO GAFO UN TIEMPO, PERO DESPUES SE RECUPERO!)
¿Dónde estaba el corazón de los personajes? En esta historia Tomas estimó que regresar a Betania, donde Lázaro, era muy peligroso, y su vida física era muy preciada. Algunos maestros de la ley estimaron muy alta la pérdida de sus posesiones y estatus si no mataban a Lázaro y a Jesús. (Por cierto, Jesús nunca lo dijo pero seguramente pensó: !Si LO MATAN, LO VUELVO A RESUCITAR!) Judas, por su parte, estimó el perfume usado para ungir a Jesús demasiado costoso – lo de Judas eran los reales. Pero María… María reflexionó profundamente: Jesús es la vida, ¿qué es todo lo demás? Como lo diría San Pablo: “Basura.” Entender la verdad y ponerse de rodillas suele venir junto, por eso ella, con la labor más humilde y el perfume más caro, adoró al Rey.
Por una infección en mis oídos no he podido tocar flauta o saxofón y difícilmente cantar. Para muchos, no he podido adorar. Pero adorar no es una conducta, es un estado de la mente, el corazón y el alma. La forma de expresarla es tan diversa como lo somos los seres humanos. Algunos se arrodillan pegando su frente del piso, otros sin fuerza solo caen en la dirección que Dios les dio. Lo importante es reconocer que Jesús es el Señor.
El señor González Peña fue preso en Cuba por predicar a Jesucristo. Bajo trabajo forzado sembraba tomates pero siguió hablando de Jesús. Por esta razón, fue enviado a una verdadera bóveda. No podía leer la biblia o usar su libro de himnos. Pero al salir, escribió una carta al venezolano Rev. Germán Núñez B. que decía: “Germán, estos fueron los mejores años de mi vida, porque durante mucho tiempo yo estuve en la obra del Señor, pero durante estos tres años yo pude estar con el Señor de la obra.” Yo puedo entenderlo, porque mientras más lo adoro se torna dulce mi dura vida.

lunes, 3 de mayo de 2010

Por culpa de ustedes

¿De quién es la culpa? Después de haber comido el fruto prohibido Adam respondió a Dios que había sido por culpa de la mujer que Él le había dado, lo cual hace responsable ultimadamente a Dios. La mujer respondió que fue por culpa de la serpiente y la serpiente al parecer no encontró a nadie más. La culpa es una carga muy pesada que nos gusta poner en la espalda de otros. Moisés explica tres veces en Deuteronomio que por culpa del pueblo de Dios el no entró a la tierra prometida.
Deuteronomio 1:37 (versión DHH)
37“Y por culpa de ustedes, el Señor se enojó conmigo y me dijo: ‘Tampoco tú entrarás en esa tierra.’”
Moisés no fue perfecto, y eso es bueno pues nos ayuda a vernos en él. Hay amargura en sus palabras pero también hay una incapacidad de verse objetivamente. Vivir como victimas nos resta la posibilidad de mejorar. “Puesto que ustedes no confiaron en mí, ni me honraron delante de los israelitas no entrarán…” es lo dicho por Dios a Moisés en el libro de Números. En Números, como dice la canción, “culpable soy yo…” la responsabilidad recae sobre Moisés.
Números 20:2-13
2Como la gente no tenía agua, se reunieron todos para protestar contra Moisés y Aarón, 3y le dijeron a Moisés:
—¡Ojalá hubiéramos muerto junto con los otros israelitas que hizo morir el Señor! 4¿Para qué trajeron ustedes al pueblo del Señor a este desierto? ¿Acaso quieren que muramos nosotros y nuestro ganado? 5¿Para qué nos sacaron de Egipto y nos trajeron a este lugar tan horrible? Aquí no se puede sembrar nada; no hay higueras, ni viñedos, ni granados; ¡ni siquiera hay agua para beber!
6Moisés y Aarón se alejaron del pueblo y se fueron a la entrada de la tienda del encuentro, y allí se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente. Entonces la gloria del Señor se les apareció, 7y el Señor le dijo a Moisés:
8—Toma el bastón y, con la ayuda de tu hermano Aarón, reúne a la gente. Luego, delante de todos, ordénale a la roca que les dé agua, y verás que de la roca brotará agua para que beban ellos y el ganado.
9Moisés tomó el bastón que estaba delante del Señor, tal como él se lo ordenó; 10luego Moisés y Aarón reunieron a la gente delante de la roca, y Moisés les dijo:
—Escuchen, rebeldes: ¿acaso tendremos que sacar agua de esta roca para darles de beber?
11Y diciendo esto, Moisés levantó la mano y golpeó dos veces la roca con el bastón, y brotó mucha agua. Así la gente y el ganado se pusieron a beber. 12Pero el Señor dijo a Moisés y a Aarón:
—Puesto que ustedes no tuvieron confianza en mí ni me honraron delante de los israelitas, no entrarán con esta gente en el país que les he dado.
13Ese es el manantial de Meribá, donde los israelitas le hicieron reclamaciones al Señor y él les mostró su santidad.”
Detrás de cada pregunta hay una actitud, por ejemplo: “¿Para qué nos sacaron de Egipto y nos trajeron a este lugar tan horrible?” Es la pregunta que hace el pueblo de Israel a Moisés y a su hermano, echando a la basura la obra de Dios, pues no había sido Aarón o Moisés quienes los habían sacado de la esclavitud. “¿Acaso tendremos que sacar agua de esta roca para darles de beber?” Es la pregunta que hace Moisés al pueblo, dejándoles ver que: él y alguien más proveerían agua. Dios quería que todos supieran quien era el verdadero proveedor del agua y así mostrar su santidad. Pero Moisés con su pregunta y al sacar el agua con su fuerza, dejo una duda: ¿fue Dios, Moisés o ambos?
Un guía turístico de Israel cuenta que cuando la gente llega a la ciudad santa sufre una especie de mal y muchos se creen un profeta, un apóstol etc. Un día en medio de unas ruinas, un hombre comenzó a gritar: “yo soy Isaías, y Dios me dijo” y otro hombre lo interrumpió: “YO NO TE DIJE NADA.”
En la escena bíblica, Israel vio a su líder sacar agua de una roca mientras Dios no tuvo línea en el guion. La version de “Good News Translation” dice: “Because you did not have enough faith to acknowledge my holy power before the people of Israel…” que traducido es: “porque no tuviste suficiente fe para reconocer mi poder santo ante el pueblo de Israel…” Moisés no tuvo en ese momento la actitud de Juan el Bautista refiriéndose a Jesús: “es necesario que yo merme para que el crezca.”
Una vez invitaron a nuestra banda a tocar en un evento cristiano en el “Nuevo Circo de Caracas,” una famosa plaza de toros de la ciudad. Había mucha gente y muchos vestidos con ropa humilde. Antes de la presentación fui a los baños y me encontré con un gran desorden, empujones, gritos y malos olores. Pensé: esta gente, mal educada, desordenada… pero inmediatamente luego escuche una voz a mi conciencia diciéndome: “este es mi Pueblo.” Esas cuatro palabras me hicieron dar un giro de ciento ochenta grados en mi actitud hacia aquellas distinguidas personas. Ya no iría a tocar para que me escucharan, ni para darle proyección a la banda, sino a servir al precioso pueblo del Rey de reyes.
Ese día por problemas técnicos no pudieron instalar el teclado, ni la batería, ni el bajo, ni la percusión a tiempo. Era una buena oportunidad para quejarse de los organizadores. “Hay un micrófono y una línea adicional,” nos dijeron, y entonces recordé dos acordes preciosos que solía hacer nuestro guitarrista. Terminamos parados ante cientos de personas expectantes, con una guitarra dos acordes y una flauta. Diferente a otras ocasiones no estaba nervioso, más bien sereno, tenía algo que hacer. La guitarra comenzó y se escuchaba celestial y la flauta parecía tener un sistema de sonido perfecto. La gente gritaba “gloria a Dios” y yo sentía que no cabía dentro de mí toda la música que quería expresar en aquella tarde. Todo, por “culpa” de Dios.
Si hay personas mejores que Moisés, yo estoy lejos de ser uno, pero sé que cuando señalamos a otros por nuestros fracasos perdemos una oportunidad de crecer. Ese “no lo hago más” de cuando éramos niños viene antecedido por un “fui yo.” Asumir nuestra culpa y vivir como inocentes es una cosa costosísima, que en estos días es gratis, echando toda nuestra carga en la cruz de Jesús. Como dice el antiguo himno: “Hay una fuente sin igual de sangre de Emanuel. En donde lava cada cual las manchas que hay en él.”

domingo, 4 de abril de 2010

No hay peor ciego...

No hay peor ciego:
Danielle y yo fuimos al Mc Donalds de la avenida Victoria a comer algo un domingo en la noche y vimos como dos niños estaban rompiendo las bolsas de basura para sacar pedazos de hamburguesa y papas. Decidimos invitarlos a comer y luego de una conversación interesante, los invitamos a comer en el mismo sitio la semana entrante. Al siguiente domingo eran cuatro niños y como el gerente del restaurant no nos permitió comer en las mesas, con ellos lo hicimos en la avenida. Danielle comenzó a orar por la comida, y ellos comenzaron a reír. Les dije, sin mucha esperanza de que lo entendieran, que no debían reírse porque Dios era real aunque no lo pudiéramos ver. Papakin seguía con una sonrisa burlona en la cara cuando le dije -Dios es como el aire, aunque no lo puedes ver, tampoco puedes vivir sin él. En ese mismo momento pasó una fuerte brisa que borró instantáneamente la cara de burla de Papakin y la convirtió en una de temor reverente. Yo internamente decía –gracias, gracias, gracias por tu apoyo. Esta pequeña señal fue suficiente para que aquellos niños entendieran sobre lo real de la presencia de Dios. Sin embargo hay ocasiones cuando no importa lo impresionante de la señal, la ceguera caprichosa nos impide ver la obra de Dios.
“No hay peor ciego que aquel que no quiere ver.” Tal vez esto recoge la idea principal de Lucas 11:14-36. Jesús es la señal de las señales: no hay una revelación más cercana, más directa, mas explicita y contundente de parte de Dios. Hebreos nos dice que después de Jesús, no hay más nada que buscar. El titulo “Emanuel,” (Dios con nosotros) nos recuerda que Dios vino personalmente. Juan nos dice: “anduvo entre nosotros.” Y sin embargo aunque sabemos que es Dios, no lo reconocemos ni le damos las gracias.
A nosotros los seres humanos nos cuesta mucho reconocer los meritos de otros. Es una rareza encontrar personas que confronten a otro y le digan: Que bien haces esto, que bonito es tu obra, que manera tan especial de lograr tal cosa. Claro estos halagos los usamos generalmente para obtener algo, para lograr algo, para enamorar a alguien. Pero me refiero a ser honestos y justos y darle honra al que honra merece.
Nuestra costumbre de retener el reconocimiento que otros han ganado surge seguramente por aquello que dice en Génesis: “Serás como Dios,” que es lo que le propone la serpiente a la raza humana. Como la gloria es nuestra, no es de nadie más. Penamos “en la medida en que reconozco los meritos de otros me muestro inferior,” lo cual es una mentira. Mi esposa es más inteligente que yo: reconociéndoselo he cosechado muchísimas bendiciones entre ellas su admiración y respeto. Si justicia es darle a cada cual lo que le corresponde, entonces tendemos a ser tremendamente injustos. Pero peor que peor es cuando le quitamos la honra a alguien y se la damos a otra persona o incluso cosa.
“Me operó el bisturí, no el doctor.” “Me rescató la ambulancia no los paramédicos.” Una profunda maldad nos impide dar gracias a los verdaderos protagonistas. En este marco de ideas me gustaría que leyéramos este revelador pasaje. Es útil recordar que unas frases antes del versículo 29 algunas personas acusan a Jesús de hacer una señal milagrosa con el poder del Diablo.
Lucas 11:29-36 (Nueva Versión Internacional)
La señal de Jonás
29 Como crecía la multitud, Jesús se puso a decirles: «Ésta es una generación malvada. Pide una señal milagrosa, pero no se le dará más señal que la de Jonás.30 Así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, también lo será el Hijo del hombre para esta generación.31 La reina del Sur se levantará en el día del juicio y condenará a esta gente; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí tienen ustedes a uno más grande que Salomón.32 Los ninivitas se levantarán en el día del juicio y condenarán a esta generación; porque ellos se *arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás, y aquí tienen ustedes a uno más grande que Jonás.
La lámpara del cuerpo
33 »Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz.34 Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. 35 Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad.36 Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te alumbra con su luz.»

Jesús no escapa de nuestra incapacidad de reconocer a otros. Los ojos son nuestras lámparas porque sin ellos tendríamos permanentemente una pantalla en negro frente a nosotros. Es irracional prender una lámpara para esconderla a menos que no queramos ver. Pero es lo que hacemos para no tener que reconocer a otros y en particular a Jesús. Una abrumadora cantidad de pruebas científicas respaldan la muerte y resurrección de Jesús, pero queremos una señal. Nuestros malos ojos no quieren ver lo que es evidente.
Jonás predicó sin ganas a los ninivitas, como para que no creyeran, y creyeron. La Reina del sur fue hasta Salomón. Quien no es digno de desamarrar las sandalias de Jesús, buscando sabiduría y reverentemente la tomó. No se trata de poderosas señales sino de gente deponiendo su maldad y reconociendo la obra de Dios. Mucha gente en la actualidad puede ver la obra de Dios con muy poco y eso me recuerda que Jesús dijo a Tomas: “Dichosos aquellos que sin ver crean en mi.”
Haciendo una cola o línea para el metro bus rumbo al Seminario Bautista en los Teques, yo escuchaba a una pobre mujer tosiendo y con evidentes problemas para respirar. No suelo hacerlo por mi timidez, pero me armé de valor, me volteé y le pregunte si me permitía orar por ella, pues yo creía que Dios era poderoso. Ella asintió con su cabeza y entonces oré. No paso nada, pero a los segundos pasó un hombre con un portafolio. Ella lo llamó por su nombre y le preguntó- ¿Fulanito tienes el inhalador contigo? Y fulanito respondió sí. Lo sacó rápidamente, se trataba de esos aparatos que usan las personas para el asma. Ella se dio varias dosis y se la regresó. Luego de despedirse la mujer se volvió hacia mí, que apenado sentía que la oración no había hecho nada y me dijo: “De verdad que Dios existe porque el que me dio el inhalador es mi esposo y el trabaja al otro lado de la ciudad, nunca hubiese esperado verlo por aquí.” No fue una señal increíble, llena de grandes prodigios, pero fue suficiente para que esta mujer comenzara a creer.
Es bueno para el alma decir a otros sus méritos. Es bueno reconocer la gloria de Dios. Salir, ver el cielo, los arboles, las montanas, los mares y elogiar el buen gusto de Jesucristo en su creación, en su majestad y su poder. Es mucha la paz que al mirar bien llegamos a obtener. Mirar desde arriba dejando que lo terrenal sea terrenal. Lo mejor es mirar con atención a aquel que es: La señal de señales.

domingo, 28 de febrero de 2010

Escucha y obedece

Lucas 8:21-33
21 Jesús contestó:
--Mi madre y mis hermanos son todos aquellos que escuchan y obedecen el mensaje de Dios.
22 Un día, Jesús subió a una barca con sus discípulos y les dijo: "Vamos al otro lado del lago". Partieron,23-24 y mientras navegaban, Jesús se quedó dormido. De pronto se desató una tormenta sobre el lago, y el agua empezó a meterse en la barca. Los discípulos vieron el grave peligro que corrían, así que, a gritos, despertaron a Jesús:
--¡Maestro, Maestro, nos hundimos!
Jesús se levantó, y ordenó al viento y a las olas que se calmaran. Y así fue; todo quedó tranquilo.25 Luego les dijo a los discípulos:
--¡Ustedes no confían en mí!
Pero ellos estaban tan asustados y asombrados que se decían: "¿Quién es este hombre, que hasta el viento y las olas le obedecen?"
26 Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del lago, a la región de Gerasa.27 Cuando Jesús bajó de la barca, le salió al encuentro un hombre de ese lugar, que tenía muchos demonios.
Este hombre no vivía en una casa, sino en el cementerio, y hacía ya mucho tiempo que andaba desnudo.28-29 Como los demonios lo atacaban muchas veces, la gente le ponía cadenas en las manos y en los pies, y lo mantenían vigilado. Pero él rompía las cadenas, y los demonios lo hacían huir a lugares solitarios.
Cuando este hombre vio a Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces Jesús ordenó a los demonios que salieran del hombre, pero ellos gritaron:
--¡Jesús, Hijo del Dios altísimo! ¿Qué vas a hacer con nosotros? Te rogamos que no nos hagas sufrir.
30 Jesús le preguntó al hombre:
--¿Cómo te llamas?
Él contestó:
--Me llamo Ejército.
Dijo eso porque eran muchos los demonios que habían entrado en él.
31 Los demonios le rogaron a Jesús que no los mandara al abismo, donde castigan a los demonios.
32 Cerca de allí, en un cerro, había muchos cerdos comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús que los dejara entrar en esos animales, y él les dio permiso.33 Los demonios salieron del hombre y se metieron dentro de los cerdos. Los cerdos corrieron cuesta abajo, y cayeron en el lago y se ahogaron.
******
Las olas escuchan y obedecen, el viento escucha y obedece, los demonios escuchan y obedecen. La familia de Jesús está conformada por los que escuchan y obedecen. Yo, la mayoría de las veces no escucho y casi siempre que escucho no obedezco, porque obedecer tarde, es como desobedecer. Soy rebelde, tengo un plan mejor que el de Dios para mi vida. Sé que es lo correcto y soy un hombre determinado aunque muchos me dicen terco, necio o testarudo.
Siempre se habla mal de los demonios pero en este pasaje ellos también previa petición, escuchan y obedecen. ¿Es posible que sepan algo que nosotros los sordos y desobedientes no sabemos? Mi gusto por desobedecer nace de mi concepto de libertad. Libertad, para mí, es hacer lo que me dé la gana, a la hora que me dé la gana, porque me da la gana, las veces que me dé la gana, en donde me dé la gana. Eso suena maravilloso, perfecto y divertido. El problema es que esa “libertad” me termina esclavizando y termina multiplicándome por cero.
Había una vez un bombillo que quería ser elefante, busco toda su vida engordar, tener orejas largas, trompa e incluso viajar al África en búsqueda de sus colegas, pero una y otra vez terminaba quebrado. Un día se dio cuenta de que estar dentro del sócate eléctrico era muy cómodo. Además daba una luz intensa que era muy apreciada por otros. Muy pronto sintió una sensación de libertad increíble y pensó -Somos libres cuando somos quienes debemos ser. Pero ¿Quiénes debemos ser? El fabricante sabe, General Electric sabe, El Creador del cielo y la tierra sabe.
Yo no sé porque suceden tantas cosas horribles. Nos preguntamos una y otra vez ¿Por qué? sin encontrar respuestas. Pero no importa lo frágil o insignificante que sea nuestra existencia, nunca somos más libres que cuando somos quienes debemos ser. Ponte en armonía con el universo, solo escucha y obedece lo que Jesús dice.
Mientras escalaba una montaña, alguien perdió uno de sus lentes de contacto. Al llegar a la cima y sabiendo del peligro de descender sin poder ver bien, oró al Dios que puede ver cada rinconcito de su creación, pidiéndole que pudiera recuperar su lente. Otra persona que venía subiendo al llegar preguntó ¿Alguien perdió un lente de contacto? Luego de dárselo le dijo –paré un momento y vi lo que parecía un lente caminando. Era un bachaco que lo llevaba y pensé que a alguien se le había perdido. Tiempo después un hombre puso esta anécdota en dibujitos de caricatura y del bachaco salía una voz que decía –No sé porque tengo que llevar esto tan pesado y que además sabe tan mal, pero si tú me lo ordenas Señor, lo haré.

domingo, 31 de enero de 2010

"Ponte un hilo dental"

"Ponte un hilo dental"
Hace varios años estaba sentado en unas escaleras de la Universidad Central pensando en porque tantas cosas andaban mal. Un problema era mi noviazgo con conflictos agotadores. Mi trabajo no andaba muy bien. Además estaba tratando de salir a flote en un pregrado de administración y en un postgrado en el Seminario Bautista que requería de mi más ingles del que yo podía dar. Me sentía cansado y frustrado por no poder darle orden a todo.
Un amigo se me acercó y después de escucharme un rato me dijo con bastante convicción: “lee el Salmo uno”. Yo me ofendí, después de todo, ¿quién era él para decirle a un egresado de un seminario que leyera el Salmo uno? La humildad nunca ha sido mi fuerte, y podía decir el Salmo casi de memoria. Pero luego de ese día, el bendito Salmo uno se atravesó en mi camino una y otra vez de diferentes maneras.
En esos días viajé a Tijuana, México, buscando curarme del cáncer. El hospital “Oasis de Esperanza” estaba a unas 5 cuadras del mar pacifico, por lo que me fui hasta la playa a orar. En un momento llegaron como veinte muchachos y muchachas cerquita de donde yo estaba. Se sentaron, uno se quedó parado y dijo: “hoy vamos a estudiar el Salmo 1.” En ese momento me dio un susto y decidí prestarle toda mi atención a aquella charla.
De regreso al hospital leí el salmo una y otra vez como buscando un secreto. No es un secreto, pero lo que dice es clave para una vida feliz. Aun estoy aprendiendo del salmo, pero lo que obtuve hace 8 años es una convicción profunda de que la palabra de Dios es vital para una vida triunfante. Puede ser que no compartes mi convicción, pero aun así te invito a leer este bonito salmo:

1 Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores
ni cultiva la amistad de los blasfemos,
2 sino que en la ley del SEÑOR se deleita,
y día y noche medita en ella.
3 Es como el árbol
plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
¡Todo cuanto hace prospera!
4 En cambio, los malvados
son como paja arrastrada por el viento.
5 Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio,
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
6 Porque el SEÑOR cuida el camino de los justos,
mas la senda de los malos lleva a la perdición.

Las primeras líneas del salmo dan la impresión de que dichoso es aquel que no se la pasa en bares, centros nocturnos con un poco de criminales escuchando sus consejos. Pero la verdad es que Jesús dijo: “ustedes siendo malos” refiriéndose a ti y a mí. San Pablo escribió: “No hay ni uno bueno” y Juan escribió: “el que se cree libre de pecado se engaña a sí mismo.” Sea la madre Teresa de Calcuta o Billy Graham, todos podemos dar un mal consejo. La gente por lo general se considera pecadora pero no mala, aunque ambos términos son sinónimos. Cómo nos cuesta decirnos la verdad. Pero dicho en las recientes palabras del papa Benedicto XVI “El origen del mal está en el hombre mismo.”
La corriente general del pensamiento humano muchas veces no nos conviene para ser felices. Mi tía Nohemí en una oportunidad vino a Caracas para visitar y comprar algunas cosas. Ella cuenta que arribó a la estación “Silencio” del metro o subterráneo y se dispuso a abordar el tren que estaba en la estación “Capitolio”. Entre estas estaciones hay un pasillo túnel ancho y largo por donde transitan miles de personas a diario. Suelen ir a una velocidad increíble, es como que a cientos de personas les urge ir al baño simultáneamente. Mi tía que iba de paseo comenzó a caminar más y más rápido bajo la presión que sentía de la gente en su espalda. Cuando su condición física comenzó a hacerse sentir, ella reflexionó: -Pero bueno, si yo lo que vine fue a pasear, para donde voy tan apurada con estas carreras. Como mi tía, y con la ayuda de las películas, la tv, el internet, los comerciales y la moda vamos juntos bajo una manera de vivir. Aun así, San Pablo dijo a los romanos: “Cambien su manera de pensar para que cambie su manera de vivir…”. El Nuevo Testamento nos desafía con consejos rarísimos que en la vida práctica funcionan.
“Que el más importante es el que sirve” - ¿qué es eso? Si todos saben que el más importante es servido por los demás. Pocos creerían hoy día que la palabra “ministro” significa servidor. Pero a la hora de la chiquita, los más importantes son los que pueden curar una enfermedad o reparar algo roto o enseñar algo necesario. Los cargos o la fama no hacen a alguien automáticamente importante.
Los consejos que nos dan con buenas intenciones pueden llevarnos a equivocaciones con consecuencias para toda la vida. Mitos, leyendas urbanas, cuentos de brujos, los mensajitos de texto, la revista, el internet, el horóscopo, etc. son algunas de las fuentes que terminan determinado el curso de nuestra vida. Mi esposa lamenta el hecho de que aunque tuvo varias oportunidades escolares nunca estudió música. Hoy le parece increíble que una compañera de clases definió quien seria o no, cuando le dijo: los músicos son nerds.
La imagen o como la llaman muchos el “testimonio” es uno de los criterios más populares en la toma de decisiones hoy día. Recordemos que mientras la imagen es como la gente nos ve, el carácter es quienes somos. Pero como dijo Punky Brewster “Quienes somos, es quien mejor podemos ser.” Jesucristo fue crucificado con la peor de las imágenes, algunos meneaban la cabeza al verlo. Es triste vivir en función de lo que otros piensan en detrimento de la verdad. Lucas nos escribe: “Que bendiciones les espera cuando la gente los odie y los excluya, se burlen de ustedes y los maldigan… …porque siguen al hijo del hombre”.
Hoy día es importante proyectar una imagen sexy. No tiene nada de malo verse bien, pero muchos y muchas sexys me dan una tristeza: son el bello estuche de un anillo, sin anillo adentro. Cuando estaba en peligro de divorciarse, una gran amiga recibió un consejo interesante de otra: “ponte un hilo dental en la cama.” Para mi tristeza se divorció a los meses. Los consejos humanos son muchas veces una perspectiva miope de los problemas que afrontamos y nos llevan a ser paja llevada por el viento.
Mi mama nos compró a mi hermano y a mí unas bragas de pana que me parecían bellísimas. En esos días fuimos a Margarita y en el ferri, en medio de la oscuridad de segunda clase, mi mama nos dijo contundentemente: “no se ensucien porque llegaremos al amanecer y no buscaremos hotel sino hasta la noche”. Mi braga era color crema, y mi hermano y yo decidimos correr y brincar en aquel emocionante “barco”. Al caerme simplemente sacudía un poco mi braga y se veía como nueva. El ferri anunció su arribo a la isla y todos bajamos por unas estrechas y empinadas escaleras a la sección de los carros. Debíamos salir caminando por lo que nos paramos delante de los carros ante la gigante boca del ferri que se abrió dejando entrar una intensa luz caribeña. Luego de algunos pasos, note como mi braga estaba llena de sucio por todos lados y me puse a llorar.
La palabra de Dios es luz en un mundo oscuro, donde caminamos desorientados hacia donde sentimos es mejor. Pero sentir no es saber. Cómo ser un buen esposo, esposa, hijo, hija, madre, padre o ciudadano. Al pensar sobre sexo, economía, amor, éxito, trabajo, diversión, carrera, viajes, salud, relaciones, conflicto o crisis, tengo la convicción de que la Biblia siempre tiene algo trascendente que decir. Aunque no he tenido los mejores consejos ni los mejores ejemplos en mi vida, cuanta paz siento al tomar decisiones desde un sistema de valores construido con la Biblia. Por ejemplo, ante la riqueza o la pobreza soy un todoterreno, al saber que: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Te animo a leer la Biblia, tal vez comenzar con el Nuevo Testamento. El que medita en los dichos de Jesús es parecido a alguien sentado junto al mejor de los consejeros en una conversación cordial e interesantísima. Te recomiendo una página en la red donde podrás leer toda la biblia gratis: www.biblegateway.com