domingo, 5 de diciembre de 2010

Esfuérzate y se valiente

Solía visitar a los feligreses de mi iglesia durante la semana para llevarles algo. Uno de esos días, cuando iba a entrar en los callejones de “Cotiza” para ir a la casa de la familia Veli,z me encontré con que al final de la calle estaban unos 5 tipos en actitud sospechosa. Entonces me dije: -Me van a robar- porque me tenían la vista puesta. Luego de unos 3 pasos, comenzaron a moverse de forma extraña, como en cámara lenta. Parecía un episodio real de “Matrix”. Al principio pensé que estaban por sacar sus pistolas, pero luego me desconcertaron.
Comenzaron a poner sus manos hacia arriba como si yo los estuviera apuntando con un arma. Luego se colocaron contra los carros con sus manos en la nuca. Fue en ese momento cuando logré escuchar a unas personas a mis espaldas dando instrucciones a todos. Era una pick-up llena de oficiales de policía que habían entrado en el barrio muy calladamente, tan calladamente que aunque los tuve detrás de mí, nunca me percaté de su presencia.
Solía visitar a mi gente, en Plan de Manzano, Blandin, Ojo de agua, Cotiza, el 23 de Enero, Los frailes de Catia, Manicomio, y otras áreas de la Caracas famosas por su peligrosidad. No fueron pocas las ocasiones cuando regresaba a mi casa a las 12:00 de la noche, pero mientras a muchos de mi iglesia los robaban una o dos veces al mes, durante casi cuatro años nunca me robaron. ¿Por qué? No lo sé, yo no soy mejor que nadie. Aunque siempre mientras iba a cumplir con mi trabajo me armaba con un pensamiento: -Dios yo estoy haciendo lo que hago, no porque lo deseo, sino porque tú me has llamado a hacerlo y espero tu respaldo- Esto no garantiza que a uno no lo maten cumpliendo con su deber, pero si garantiza un entendimiento de porque uno hace lo que hace.
Yo no soy un hombre valiente y esforzado por naturaleza; por el contrario, soy flojo y cobarde. Pero hay un poder impresionante cuando Dios te dice: “Yo estaré contigo”, y tú lo crees. Ya no es uno, es Él. Dios muchas veces toma lo débil y despreciado por la gente para hacer cosas impresionantes. Josué no fue diferente, Dios le dio una orden: esfuérzate y se valiente dirigiendo a mi pueblo a conquistar lo que ya yo les he dado. Les invito a apreciar el poder en este pasaje que abre el comienzo de un Israel glorioso bajo el liderazgo de un joven para el cual casi todo en el camino seria nuevo.


Josué 1
1Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, que el SEÑOR habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, diciendo:
2Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
3Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés.
4Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande que está hacia la puesta del sol, será vuestro territorio.
5Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.
6Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.
7Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.
8Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.
9¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
10Entonces Josué dio órdenes a los oficiales del pueblo, diciendo:
11Pasad por medio del campamento y ordenad al pueblo, diciendo: "Preparad provisiones para vosotros, porque dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da en posesión."

Cuando recuerdo como me esforcé y fui valiente en mi juventud, gracias al poder que Dios me dio, me da mucho gozo. Esforzarse y ser valiente es una de las cosas buenas y sabrosas que tiene la vida. El maestro José Antonio Abreu, padre del “Sistema de orquestas juveniles de Venezuela” decía que: “la abundancia puede llegar a ser tan trágica como la pobreza extrema”. Jóvenes que teniéndolo “todo” son tan desdichados por no tener un deseo por nada. Otros suelen decir que uno se esfuerza y es valiente para obtener cosas, yo estoy en desacuerdo, porque he visto a muchos luchar duro toda su vida y no haber obtenido nada, mientras otros nacen con todo lo que desean sin haber movido un dedo. Pero esforzarse y ser valiente es en sí mismo una recompensa, una bendición, es una capacidad que Dios da. Desde luego, la gente que se esfuerza y es valiente, suele lograr sus objetivos en la vida y esos objetivos pasan. Pero el carácter esforzado y valiente queda eterno como un tesoro.
Hoy está de moda todo lo contrario: a la gente le encanta el “cristianismo mágico”. El “cristianismo mágico” es esperar que Dios me de las cosas sin esfuerzo alguno y escondido debajo de una piedra. Dios es el mismo ayer, hoy y siempre y hace milagros. Pero por ejemplo, Marcos Witt cuenta que un joven se le acerco pidiéndole que orara para que todo, todito, su talento se le transfiriera a él en ese momento. Marcos decía: -Este muchacho no tiene idea de todo el esfuerzo que durante muchos años yo tuve que invertir para llegar a ser el músico que soy- Sin embargo, no son pocos los estudiantes cristianos que le piden a Dios que les pase un examen sin haber estudiado. Qué vergüenza. A Josué y a su pueblo, Dios ya le había dado la tierra prometida, pero ellos tenían que ir a conquistarla.
La clave de todo está en contar con la presencia del todopoderoso a nuestro lado, pues si El está con nosotros, quien podrá hacernos frente. Para ello, Dios le dio un ejercicio bien práctico a Josué, le dijo que su palabra no debía apartarse de su boca. La palabra de Dios abunda en la boca de alguien cuando éste medita en ella de día y de noche. Se acuesta pensando en ella, y se levanta temprano para reflexionar ella, porque es dulce como la miel. Cuando dicha persona le toca tomar decisiones, tiene al mejor consejero del universo metido en su mente y corazón. Es entonces cuando se cumple a cabalidad la promesa: “Estaré con vosotros”.
Tomamos docenas de decisiones diariamente, ¿le doy paso o no le doy paso? ¿Espero que se sirva primero o me sirvo yo primero? ¿Le oculto la verdad o soy sincero? ¿Compro un nuevo par de zapatos o le doy ese dinero a alguien que lo necesita? Si sumamos las millones de decisiones a través de los años, tendremos como total una vida vivida. Mi sugerencia es que no tomes tus decisiones basadas en el temor o en la flojera. Intenta en cada decisión, que la vida tenga sentido y valor. Solo esfuérzate y se valiente.

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